Devorándonos
Entre tanto
ruido que provoca el silencio
Un reloj
marca las horas dónde habita el entierro
Busco tu
sombra, tu aliento, el olor de tu cuerpo.
Entre tanto,
sé que solo te pienso
Sentimiento
negado para no romper el deseo
De esta atolondrada
alma que naufraga en mi sexo.
Cuánto más
podre arder sin cenizas volver a ser..?
Mientras el
aire se vuelve mi propio veneno
Y tu mente
fría e impenetrable, el laberinto en el cual me pierdo.
Entre tanto,
te miro desde lejos, fundiendo mis ojos,
intento no
recordar el latir de tus besos
Entre tanto
me apego a mi almohada dónde descansa la carne que quiere ser una y otra vez
devorada.
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